He venido hablar de mi libro... (tarea 5)
Sorprendíame yo este verano ante la sorpresa del director de una academia de apoyo escolar cuando le preguntaba por libros de texto. En sus palabras la época del libro de texto como soporte de información estaba, en sus palabras, acabada y que a día de hoy cualquier contenido que necesitara lo podría encontrar fácilmente en la web. Me quedé allí embobado sin saber que decir, internet apenas había llegado a los hogares cuando yo terminaba la ESO y el libro (o colección de apuntes en su defecto) eran la única herramienta de enseñanza de que disponía el alumno (bibliotecas aparte, se entiende...) para el seguimiento de las asignaturas.
No duro mucho el atontamiento, bien pensado en toda la etapa universitaria apenas había utilizado ningún libro y la inmensa mayoría del material se obtenía bien a través de la copistería de la facultad o a través de las plataformas online del alumnado. Por supuesto que en las carreras universitarias la alternativa era mas complicada de seguir, las asignaturas son tan especificas y variadas, y sin embargo tienen tan pocos alumnos, que ninguna editorial podría hacer negocio de la publicación de materiales didácticos, por no hablar del coste de su producción.
El libro de texto tiene mejor apego con la enseñanza primaria y secundaria, los contenidos se ajustan a un currículo a nivel nacional que no es tan volátil y variado como el de su homologo superior, por lo que la edición de libros se vuelve mucho mas seguro y lucrativo. Además, dada la elevada competencia del sector, el profesor tiene una amplia gama de productos entra la que elegir y que se ajuste a sus gustos personales. El libro de texto además permite establecer un orden de enseñanza intuitivo que los alumnos son capaces de seguir, recomienda ejercicios y cuestionarios mas allá de la obligaciones de enseñanza y permite al alumno funcionar con único documento en vez de múltiples fotocopias o ficheros digitales.
Pero, tal y como iniciaba la discusión, pareciera que la era del libro físico ya ha trascendido y nos encontramos en la era digital. Este hecho es bien conocido por las editoriales, que han dado el salto a la digitalización de su negocio, creando herramientas mucho más interactivas y visuales que sus anteriores productos tangibles y con la ventaja añadida de que permite introducir al alumnado al empleo de herramientas digitales desde su mas temprana edad (si es que tal cosa aun hiciera falta...).
Por supuesto, todo tiene su parte mala... tal y como ocurría con los libros físicos el coste de estos materiales cambiantes y caducos se vuelve prohibitivo para algunas familias de bajos ingresos o con varios hijos en edad escolar. De hecho, la digitalización provoca gastos adicionales asociados a nuevos hardwares que en caso de las familias con varios hijos puede ser alarmante. Y es que no todo el mundo puede permitirse varias tablets, ordenadores y una potente lineal de conexión a internet, lo cual imagino estará lastrando la implementación de nuevas tecnologías y el sector en todo su conjunto. Se de la existencia de iniciativas desde las consejerías de educación y los centros para ayudar a asumir estos costes, el tiempo dirá...
Desde mi punto de vista la digitalización es importante iniciarla pronto, pero a nivel estatal y sin dejar a nadie detrás, se trata de un fenómeno que cada dia protagoniza mas nuestra vida y al que no sirve de nada dar la espalda. Que la solución parta de la producción del material por parte del docente es algo que yo defiendo, pero no tengo los conocimientos suficientes como para defenderlo seriamente (y volvemos al pensamiento critico jeje!).
Un saludo
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